quarta-feira, março 14, 2007

Abulia

Ni la literatura comprometida con la causa onírica ni el consumo desmedido de bebidas energizantes me habían quitado tanto el sueño como la idea de anoche, surgida luego de una conversación que escuché en la buseta. Iban dos viejos hablando sobre la revolución que estamos viviendo actualmente y que les duele la indiferencia de la gente que, so pretexto de no confiar en los políticos corruptos, no se compromete para luchar ni se involucra en el indudable cambio que está sucediendo en el Ecuador. En el asiento de atrás iba yo, mandando mensajes burlescos sobre La Oreja de Van Gogh y contemplando la lluvia de la calle. Es normal que las conversaciones de viejos con guayaberas y olor a tabaco me resulten algo interesantes aún cuando no comparta sus ideas madera-de-guerrero, pero en ese momento sentí que estaban hablando en mi contra, en contra de la gente como yo... porque la-gente-como-yo tiene conciencia de las cosas pero, aún así, no mueve un dedo y procura manternerse desinformada escuchando indie rock o durmiendo.
Y no es sentimiento de culpa en absoluto. Me encanta Of Montreal y dormir, pero no deja de admirarme lo poco atractiva que nos resulta la revolución política en nuestro tiempo. En los 60 cualquier revuelta de bolsillo habría encendido los ánimos de los más apáticos y las multitudes vibrarían de entusiasmo. Ahora lo único que nos interesa es seguir el show en TV y gozar con la humillación de Pocho Harb.
Seguramente algún sociólogo por allí está tratando de definir a nuestra generación abúlica y somnolienta... yo solamente hablo por mí y por alguna gente que me rodea. Conozco dos o tres que se dejarían llevar por el fervor y saldrían con banderas y ratas de hule para protestar contra el Congreso. Los demás, nos conformaremos con encender la tele o buscar las fotos en Google.

Y pensando así estuve casi toda la noche dando vueltas en cama. Conclusión: las personas como yo no servimos para política ni para tener religión ni ser hincha ni ecologista ni activista de los derechos de los gays. Me conformaré con no contaminar el ambiente y difundir ideas progresistas para que talvez alguna persona con el don del activismo se lance a las calles a luchar.
Y así pude volver a dormir.

segunda-feira, março 12, 2007

La Despedida del Joven Werther

(El escenario es un acantilado. Hay viento. No hay sol. Casi al borde de la roca hay un minibar con botellas de vodka y figuras en porcelana de Boris Yeltzin y Magda Goebbels. El joven Werther se halla sentado en el borde con las piernas recogidas y se lastima las encías con un mondadientes. Con un gesto mas bien flemático aparece caminando Guillermo. Tiene un libro muy grueso en el bolsillo del pantalón y se ha afeitado la cabeza)

Guillermo: (asomándose al acantilado) Pensé que ya estarías allá abajo.
Werther: No creáis que siento tanto desdén por mi propia vida. Hay una tempestad en mi cabeza y un tifón en mi corazón, pero estoy tratando de soportarlo.
Gui: Eres gay.
Wer: No conozco tal vocablo, mi ilustre amigo, pero percibo vuestra burla y, créame, esperaba mayor sensibilidad de vuestra parte.
Gui: Ser sensible te ayuda a disfrutar la música, a pintar, a escuchar a los demás, pero no podemos confundirla con estupidez melodramática hasta el punto de colocarte al borde de un acantilado...
Wer: ¡Pardiez¡ Dejad de atiborrarme con tanto sermón. ¿Acaso no recuerdas la pérdida de Gretchen? Ella, tan suave, tan blanca, nereida de piel nacarada...
Gui: Y... claro, todos tienen sus cualidades. Pero todo eso que nombras son, si lo ves más allá, elementos muy comunes en la belleza femenina y que no serán muy difíciles de repetir.
Wer: Usted me malinterpreta grotescamente, amigo. Mi amor por Gretchen no se basa solo en sus atributos físicos sino en esa esencia femenina tan preciada... ese ardor de mujer joven que no volveré a encontrar en mujer alguna.
Gui: Pensé que podríamos hablar de otra cosa... tengo a un personaje del gran Goethe frente a mí pero no deja de hablar sandeces.
Wer: Creo que no podemos estar de acuerdo, querido amigo.
Gui: Si te salieras de tu nube cereza podríamos ser los mejores panas... podríamos ir al casino, a La Isla, tomarnos unas chelitas. Te presentaría a Barney, a Vikingo, a Chabela... todos los panas. En tu siglo romántico no tenían las maravillas actuales.
Wer: Créame, amigo, que me encantaría sentarme a disfrutar los placeres mundanos, pero esta opresión no deja a mi corazón latir como debiera. Sin Gretchen no soy más que un pobre cisne sin su Leda... me agoto y caigo.
Gui: Cuando caigas por este acantilado vas a ser un cisne sin esqueleto.
Wer: Entonces, querido colega, me ayudarás a cumplir mi cometido?
Gui: Dame una palanca y un punto de apoyo y moveré al universo. (Guillermo empuja a Werther sin previo aviso)
Wer: (Gritando en el vacío) ¡Y sin embargo se mueveeeeeeee!

(Guillermo se queda solo. Se acerca al minibar y se prepara un vodka tonic. Saca también una tajada de piña. Entra Lydia con un enorme sombrero de ala)

Lydia: ¿Ya?
Gui: No fue difícil. Ése estaba tan ansioso por morir como yo lo estoy por comprarme una filmadora.
Ly: (en tono burlesco) Dios proveerá
Gui: jaja
Ly: jajajaja

(Telón. Aunque sería medio lámpara conseguir un telón en media playa desierta)

segunda-feira, março 05, 2007

Un Agujero Menos

Aunque Gabriela insista en ver mi obesidad, esta mañana descubrí que necesito un agujero menos para ajustarme el cinturón. Además vi que hay menos carne obstruyendo la vista hacia mis pies. Otra pista para comprobar mi pérdida de peso es mi unidad superhiperpersonal de medida... el lunar de mi brazo izquierdo.

Esto es así: tengo un lunar a 10 cm. de mi muñeca izquierda. Si consigo rodearlo con mi pulgar y dedo-del-medio de la mano derecha, significa que estoy dentro de mi peso promedio y socialmente correcto. Eso se cumplió esta mañana y, por tanto, debo pesar al menos unos 5 kilos menos.

El único problema es que siento que dentro de mí ya no queda nada... todo debe ser como un cuadro de Tanguy o, en el peor de los casos, como el infierno de El Bosco.

Instinto de autodestrucción con connotaciones fashion.

Pollito santificado light.. bendíceme.

sábado, março 03, 2007

Calle Sin Nombre

Cuando un día termina siendo una porquería, pocos tenemos la suerte de alzar la cabeza, ver la señalética urbana y darnos cuenta de que estamos parados en la CALLE SIN NOMBRE (así dice textualmente el letrero).

Lamentablemente no pude tomarle una foto, ¡pero es verdad! Es justo donde queda el Mi Comisariato diagonal al estadio Modelo (Alberto Spencer para los actualizados). Me pregunto si la razón social de la sucursal dirá el verdadero nombre de la calle. Y en esa misma rúa se ubica una farmacia, un laboratorio clínico, dos colegios y tres florerías. ¿Acaso nadie se habrá dado cuenta del nombre de su calle? En realidad, desde que vivo en Guayaquil, he notado que casi nadie sabe el nombre de las calles. Por eso algunos se sorprendían cuando yo, a los tres meses de habitar este puerto, me sabía los nombres de todas las calles y avenidas del centro mientras que los rancios y vetustos nativos de la urbe no sabían ni cómo llegar a la 9 de octubre.

Ahora me fijaré más en los letreros.... quién sabe si por allí descubro la Av. Charles Manson o el callejón Tallarín Con Presa. Donde yo vivo es una ciudadela tan aburrida que las calles tienen nombres como Serrano, Alcalá, La Castellana... hay que buscar distracción en el centro.

De pronto le he tomado gusto a lo urbano. A uno se le mete cada cosa en la cabeza.

quinta-feira, março 01, 2007

Plumero

En esta computadora hay una webcam parada frente a mi cabeza como una cucaracha robótica. La culpo por no poder escribir con la fluidez que me gustaría para sentirme menos rocoso y más boscoso en esta noche con cara de gato en aguacero donde tengo hambre pero el llamado del ahorro me aconseja ayuno y penitencia.

De pronto mi percepción cambia y en lugar de ver una cucaracha veo un pollito con ganas de ser santificado y devorado, aunque el sacramento de la purificación ya no será con aceite saturado sino con la fuente rostizadora o en una pileta bautismal donde el pollito será hervido y cocinado con poca sal y algo de aderezo bajo en calorías.

La Iglesia de Culto al Pollito Santificado se ha sumado a la onda light.

Feligreses... ¡A bajar medidas!