sexta-feira, setembro 17, 2010

En Lima

Jovan es serbio, pero eso no le importa. Se pasea como robot de cuerda por una callejuela del centro histórico de Lima. Como no es un rubio de ojos azules nadie dudaría que se trata de cualquier peruano perturbado y nervioso que camina y camina sin sentido. Tiene un suéter con diseños precolombinos, la mano derecha en el bolsillo del pantalón y en la izquierda un cigarillo que pronto se acabará.

Todo esto lo he pensado en tres segundos. Quizá Jovan se llame Wilfrido y sea más peruano que Chabuca Granda. Pero sí está perturbado y no deja de caminar nerviosamente. Talvez tiene peores problemas que yo o simplemente es un drogadicto sin acceso a su dosis matinal. Cualquier posibilidad es válida cuando se está lejos del origen.